FRESNO (FRAXINUS ANGUSTIFOLIA)

Fraxinus era el nombre que le daban los romanos a los fresnos y su madera; angustifolia significa ‘de hoja estrecha’.
Árbol de buen porte que puede alcanzar los 25 m de altura, de corteza gris que se agrieta con la edad y a veces con un tronco muy grueso favorecido por la poda periódica de sus ramas. Las hojas son caducas, opuestas —aunque a veces aparecen algunas alternas— y compuestas generalmente de 7-11 hojuelas —siempre en número impar (imparipinnadas)— que son lanceoladas, generalmente de 10-30 mm de ancho y serradas, pero con los dientes espaciados. Las flores nacen antes de que las hojas se hayan formado, son verdosas, no tienen pétalos y por tanto son poco vistosas, aunque crecen en grupitos colgantes. Los frutos también salen en grupos, son aplanados, ovalados y muy alargados, y la semilla posee un ala en casi todo su contorno para facilitar su dispersión por el viento (sámaras).
El fresno forma bosquetes o aparece como acompañante de otras formaciones, siempre asociado al nivel freático del que depende. Por tanto, lo veremos cerca de fuentes o manantiales, cursos y láminas de agua, donde por lo común ocupa una franja más externa a la de los sauces, alisos y álamos. Es indiferente al tipo de suelo, pero se da mejor en los arenosos, sueltos, bien desarrollados y ácidos. Crece desde el nivel del mar hasta los 1.600 m.
Produce buena madera, de color claro y amarillento, flexible y resistente. Se utiliza para piezas de ebanistería y para elementos que requieren elasticidad. Muy apreciada para la fabricación de bastones, mangos de azadones, hachas, piezas de carros y otras herramientas que deben resistir los impactos, así como instrumentos de labranza, ruedas de madera, etc. En algunos lugares, el aprovechamiento ganadero ha conducido a la formación de dehesas de fresnos. Para ello se le podan las ramas periódicamente, que son usadas como forraje cuando los pastos se han agostado, lo que les da un aspecto muy característico. Al fresno así podado se le denomina ‘trasmocho’ o ‘cabeza de gato’. Si esta práctica se realiza adecuadamente, el fresno crece mucho en grosor, vive más años y presenta portes espectaculares, de los que el centro peninsular tiene las mejores representaciones.