Cistus ladanifer recibe su nombre científico de la pertenencia a la familia de las cistáceas Cistus, y del ládano, ladanifer, sustancia pegajosa y aromática que desprenden sus hojas.
Es un arbusto perenne que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura, aunque lo normal es encontrarlos con menor porte, entre 1,5 y 2 metros. Las ramas y las hojas están impregnadas de una sustancia pegajosa y olorosa llamada ládano. Las hojas son alargadas y estrechas, se envainan (soldadas por la base) en el tallo, están endurecidas y su margen es algo revuelto hacia abajo. El haz es de color verde oscuro, glabro y el envés está totalmente cubierto de pelos con forma de estrella. Las flores son solitarias, situadas en posición terminal, muy grandes y vistosas. Los pétalos son blancos, con una pequeña mancha amarilla en la base a modo de “uña”, y a veces otra purpúrea superpuesta. El fruto es una cápsula globosa, con una cubierta densa de pelos.
Crece sobre suelos silíceos, pizarras y granitos, desde el nivel del mar a los 1.500 m. Prefiere suelos secos y soleados. Los encinares degradados y zonas de tránsito entre encinar y matorral son el espacio que ocupa esta planta capaz de sobrevivir en las condiciones más duras y en los suelos más difíciles. Es una planta bioindicadora de suelos descalcificados y se considera una planta colonizadora de suelos incendiados.
Florece entre los meses de mayo y junio. Sus flores pueden alcanzar un tamaño de hasta 10 cm de diámetro. Se polinizan gracias a los insectos (entomófilas).
El ládano es una sustancia resinosa y aromática que desprenden las hojas de esta especie. La planta lo emplea para evitar la competencia de otras especies vegetales, inhibiendo el crecimiento de otras plantas cerca de ella (lo que se conoce como efecto alelopático). De esta manera la jara pringosa puede crecer fácilmente en suelos pobres o incendiados, que no ofrecen muchos nutrientes para compartir con otras plantas. El ládano se emplea en la industria de la perfumería como base de aromas. Antiguamente era muy apreciado como cicatrizante, sedante, desinfectante y para elaborar una sustancia que supuestamente ayudaba a curar las hernias.
Para la recolección del ládano se empleaban cabras, a las que se dejaba en los jarales con la intención de que su pelo se impregnase de esta sustancia pegajosa. Posteriormente, se procedía a “peinarlas”, separando el ládano de su pelo. Otro método era la cocción de las hojas.
Las flores de la jara atraen a las abejas, de las que se obtiene miel.
La jara pringosa se distribuye principalmente por Extremadura, centro y sur la de Península Ibérica, y es más escasa en el norte, Galicia y Cataluña.
Es un arbusto perenne que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura, aunque lo normal es encontrarlos con menor porte, entre 1,5 y 2 metros. Las ramas y las hojas están impregnadas de una sustancia pegajosa y olorosa llamada ládano. Las hojas son alargadas y estrechas, se envainan (soldadas por la base) en el tallo, están endurecidas y su margen es algo revuelto hacia abajo. El haz es de color verde oscuro, glabro y el envés está totalmente cubierto de pelos con forma de estrella. Las flores son solitarias, situadas en posición terminal, muy grandes y vistosas. Los pétalos son blancos, con una pequeña mancha amarilla en la base a modo de “uña”, y a veces otra purpúrea superpuesta. El fruto es una cápsula globosa, con una cubierta densa de pelos.
Crece sobre suelos silíceos, pizarras y granitos, desde el nivel del mar a los 1.500 m. Prefiere suelos secos y soleados. Los encinares degradados y zonas de tránsito entre encinar y matorral son el espacio que ocupa esta planta capaz de sobrevivir en las condiciones más duras y en los suelos más difíciles. Es una planta bioindicadora de suelos descalcificados y se considera una planta colonizadora de suelos incendiados.
Florece entre los meses de mayo y junio. Sus flores pueden alcanzar un tamaño de hasta 10 cm de diámetro. Se polinizan gracias a los insectos (entomófilas).
El ládano es una sustancia resinosa y aromática que desprenden las hojas de esta especie. La planta lo emplea para evitar la competencia de otras especies vegetales, inhibiendo el crecimiento de otras plantas cerca de ella (lo que se conoce como efecto alelopático). De esta manera la jara pringosa puede crecer fácilmente en suelos pobres o incendiados, que no ofrecen muchos nutrientes para compartir con otras plantas. El ládano se emplea en la industria de la perfumería como base de aromas. Antiguamente era muy apreciado como cicatrizante, sedante, desinfectante y para elaborar una sustancia que supuestamente ayudaba a curar las hernias.
Para la recolección del ládano se empleaban cabras, a las que se dejaba en los jarales con la intención de que su pelo se impregnase de esta sustancia pegajosa. Posteriormente, se procedía a “peinarlas”, separando el ládano de su pelo. Otro método era la cocción de las hojas.
Las flores de la jara atraen a las abejas, de las que se obtiene miel.
La jara pringosa se distribuye principalmente por Extremadura, centro y sur la de Península Ibérica, y es más escasa en el norte, Galicia y Cataluña.