HAYA (FAGUS SYLVATICA)

Fagus era el nombre que le daban los romanos al haya, a sus frutos y a su madera; sylvatica quiere decir «de las selvas», «de los montes».
El haya es un árbol de porte majestuoso, erguido y esbelto que alcanza los 40 m. Tiene una corteza lisa, gris plateada, que semeja la pata de un elefante y que en los individuos más viejos se oscurece y agrieta. El tronco suele ramificarse desde baja altura. Sus ramas se disponen horizontales sobre el tronco principal, de manera que proyecta una densa sombra bajo su copa. Las hojas son caducas, simples, alternas, elípticas u ovaladas, con los nervios muy marcados, miden 5-10 cm de largo y tienen el margen entero (si bien la lámina suele estar ondulada y puede parecer que el margen es sinuado o crenado).
El haya necesita suelos frescos y bien desarrollados donde la humedad ambiental sea elevada. Es indiferente al tipo de suelo y crece desde el nivel del mar hasta los 2.000 m. La disposición de sus ramas horizontales y su rápido crecimiento favorecen la formación de bosques monoespecíficos donde difícilmente pueden medrar otras especies arbóreas, a no ser en claros y orlas, excepción hecha de acebos o tejos que soportan ciertas condiciones de umbría. En igualdad de condiciones ecológicas, otras especies tienen las de perder ante el ímpetu colonizador del haya, que finalmente las ahoga con su sombra al crecer más rápido. Por si fuera poco, bajo su dosel se acumulan los restos de hojas, frutos y ramas cuya descomposición es lenta y poseen compuestos que inhiben la germinación y crecimiento de otras plantas («efecto alelopático»).
El haya habita en la mayor parte del centro y oeste de Europa, y por el sur se extiende por las umbrías de algunas montañas, siendo los enclaves más meridionales Sicilia y, en la Península Ibérica, los puertos de Beceite y el madrileño Hayedo de Montejo. La mejor representación ibérica se da en el norte, desde los Ancares hasta el Pirineo oriental. 
Los frutos del haya son los hayucos. Estos están cubiertos por una cúpula leñosa con escamas y en su interior guardan 2 o 3 semillas (generalmente sólo un par de ellas, no más). Son de color marrón oscuro, maduran durante del otoño y son muy ricas en almidón y sustancias oleosas. Si bien los hayucos son comestibles, muy nutritivos y energéticos, su abuso puede producir malestar intestinal.
El haya aparece en los catálogos de la flora protegida o amenazada de las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid. Su madera es muy empleada en carpintería y ebanistería.