TEJO (TAXUS BACCATA)

Taxus es el nombre que los romanos daban a los tejos y a las flechas que hacían con su madera; baccata alude al arilo carnoso que envuelve la semilla y que en conjunto semeja a una baya. Taxus baccata L. es la única especie y género de la familia Taxaceae presente en la flora española.
Este árbol de hoja persistente puede alcanzar los 20 m de altura, pero lo normal es que no sobrepase el porte de pequeño arbolito o arbusto muy ramoso. Su copa es piramidal, muy tupida y oscura, de tal manera que proyecta una sombra muy densa bajo su dosel. El tronco suele ser grueso y corto, de color anaranjado o rosado. Las hojas son lineares, uniformes, terminadas en punta, y están dispuestas en un plano en forma de peine doble sobre las ramillas, enfrentadas dos a dos. Los árboles hembra producen el fruto (falso fruto), que es carnoso, pero en realidad es una semilla envuelta por una cubierta roja que la rodea parcialmente (arilo). Este arilo carnoso es ingerido por ciertos animales, lo que contribuye a la dispersión de la especie.
Toda la planta es muy venenosa, a excepción del arilo carnoso del falso fruto, que se puede comer.  Su toxicidad se debe a un alcaloide llamado taxina, que es la base del taxol, usado en medicina para combatir las afecciones cardiacas y el cáncer. Tal es la potencia del veneno que durante la dominación romana los guerreros enemigos se suicidaban envenenándose antes de ser apresados.
Hoy día su área de distribución está notablemente mermada y apenas quedan ejemplares sueltos o pequeños rodales aislados en las zonas más protegidas e inaccesibles de nuestras montañas, siendo los lugares donde aparecen áreas de gran calidad ambiental, razón suficiente para que se protejan estos enclaves. Prefiere lugares frescos y húmedos, barrancos umbríos y vaguadas de suelo profundo, abundando más en montaña que en llano, resiste bien el frío y necesita cierto grado mínimo de humedad en ambiente y suelo.
En España está muy repartido y escasea, si bien quedan algunas tejedas relícticas en determinados puntos del norte peninsular donde es más abundante. Se hace más raro y se refugia en las zonas montañosas y frescas a medida que nos desplazamos hacia el sur.
Su madera era apreciada en la antigüedad por su dureza y flexibilidad para la confección de arcos y flechas, al punto de que los arqueros ingleses, que tenían fama de ser los mejores en su oficio, diezmaron las poblaciones de tejos en las Islas Británicas. 
El tejo es de gran longevidad y crecimiento muy lento. Tiene un valor protector y espiritual en algunas zonas del país, especialmente en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Norte de Castilla y León.