SENDA DE LAS TRES CRUCES DE FELIPE II - CASITA DEL TELÉGRAFO - PICO ABANTOS

FICHA TÉCNICA
TIPO: Circular
NIVEL: Bajo
DESNIVEL POSITIVO ACUMULADO: 726 m
INICIO: Parking El Escorial (avda. Carlos Ruiz)
FINAL: Parking El Escorial (avda. Carlos Ruiz)
TIEMPO: 5 h
DISTANCIA: 11,08 km
 
 
 
La ruta se inicia en San Lorenzo de El Escorial, en el parking situado en la avda. Carlos Ruiz. Caminamos en dirección hacia el centro de El Escorial, bajando la pendiente, y en el primer cruce doblamos a la izquierda, por la calle Pinar. Avanzamos unos metros y doblamos nuevamente a la izquierda, por el Camino de la Fuente de la Bola. Continuamos hasta el final y allí giraremos a la derecha, siguiendo la curva de la carretera, y continuaremos avanzando por esta calle hasta el cruce con la Calleja Larga. Doblamos a la izquierda, andamos unos metros y ya nos encontramos con el embalse de El Romeral a la izquierda.
A partir de aquí dejamos atrás el casco urbano. Entre pinos laricios iremos bordeando la valla metálica, dejando el embalse a nuestra izquierda. Nos encontraremos con un mirador que da hacia dicho embalse. Aparecen las primeras marcas del GR-10. Algo más adelante, a nuestra derecha quedará un parque con dos fuentes: la Fuente de la Teja y la Fuente de la Currutaca. En este parque hay árboles interesantes: cedro del Atlas, enebro de la miera, arce blanco, tilos, cerezo, castaño de Indias, pinsapo, olmo, castaño, chopo…
Un camino a nuestra izquierda nos permite bajar hasta el arroyo El Romeral. Lo atravesamos y continuamos por un camino paralelo al arroyo del Romeral, hasta llegar a una carretera que hace curva junto a un depósito. Seguimos rectos, junto al arroyo hasta alcanzar una pista forestal sin asfaltar. Ascenderemos por ella hasta llegar a un cruce, donde sale una nueva pista forestal a la izquierda. Entramos en ella y avanzamos unos metros. En seguida, al lado derecho, descubriremos un sendero con las marcas del GR-10. Por ese sendero iremos ascendiendo por la montaña, haciendo zigzags entre pinos laricios, piornos, retama negra, jara pringosa, cantueso, torvisco… A veces el camino, sobre todo en los cruces, no está del todo claro, así que habrá que tirar de sentido común e intuición. Este tramo de subida es el más duro de toda la ruta. En ningún momento debemos cruzar el Arroyo del Romeral. A medida que vayamos ascendiendo, el pino albar irá sucediendo al pino laricio.
Arribamos a lo alto de la montaña y nos encontramos con un claro. A la izquierda hay un roquedal que tiene unas vistas estupendas. Al fondo se puede ver la Cruz de Enmedio. Seguimos por la pista forestal todo recto, entre pinos. Se puede distinguir en el paisaje el escalonamiento del terreno practicado en el siglo XIX para la plantación del pinar. Alcanzamos una pradera que tiene una fuente en el centro: la fuente del Cervunal. Si avanzamos un poco más, en diagonal hacia la derecha, llegaremos hasta una pistal forestal. Giramos hacia la derecha y avanzamos unos centenares de metros. En una curva veremos que hay un camino que sale a la derecha y que conduce hasta la Casita del Telégrafo (funcionó como telégrafo usando el antiguo sistema de banderas). Desde aquí hay unas vistas muy espectaculares sobre San Lorenzo de El Escorial y Madrid. 

Casita del Telégrafo
Volvemos sobre nuestros pasos hasta la curva. Tomamos hacia la derecha, en diagonal. El sendero nos llevará hasta un roquedal en lo alto del pico Abantos (1.753 m), donde se encuentra una estación meteorológica, un vértice geodésico y una cruz blanca: la Cruz de Abantos. Desde aquí también hay muy buenas vistas. 
 
Cruz de Abantos
Seguimos caminando hasta toparnos con la esquina de un muro de piedra: es la Pared Maestra de Felipe II (o La Cerca), una cerca de piedra seca que el monarca mandó construir a finales del s. XVI y que rodeaba sus dominios para la caza (Territorio Histórico declarado Bien de Interés Cultural que abarca la mayor parte de los municipios de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial).  Mide unos cuarenta y seis kilómetros y tiene una altura entre un metro y metro y medio. La Pared tenía diez puertas principales y otras secundarias. Años después, en 1793, Carlos IV ordenó construir una nueva pared para evitar que los animales pudieran escapar, elevando la altura de la pared hasta los 2,5-3 m, y levantando  unos saltaderos, amontonamientos de tierra que facilitaban la entrada de animales pero impedían su salida. Asimismo se fijaron unas normas que limitaban el acceso de transeúntes, bajo pena de multa, prisión o destierro.
El camino continúa hacia la izquierda, dejando el muro de piedra a mano derecha. Unos metros más adelante nos toparemos con el Mirador de Cuelgamuros, desde donde se puede ver el Valle de los Caídos. La pista continúa durante varios kilómetros en paralelo al muro de piedra hasta llegar al límite que separa la Comunidad de Madrid y la de Castilla-León.  
Algo después del mirador, descubrimos a nuestra izquierda una pradera. La atravesamos hasta llegar de nuevo a la pista forestal. Giramos hacia la derecha. Unos kilómetros más adelante, en el lado izquierdo, veremos la Cruz de Enmedio, de color blanco y con buenas vistas sobre El Escorial. 

Cruz de Enmedio y al fondo, las Machotas
Seguimos avanzando entre los árboles, en paralelo a la pista, hasta toparnos con un sendero que va hacia la izquierda. Lo tomamos y unos metros después encontraremos la Cruz de Rubens, bastante mimetizada con el paisaje, de hecho puede que haya problemas para encontrarla. 
 
Cruz de Rubens
Un poco más adelante hay un berrocal, que es el mirador de Rubens, llamado así porque se supone que desde aquí el pintor flamenco tomó apuntes para su cuadro del monasterio de El Escorial. Hay vistas hacia el monasterio pero también es un buen mirador hacia el otro lado, el oeste, donde se puede ver el puerto de San Juan de Malagón, el embalse de Tobar y al fondo la provincia de Ávila.
 
Embalse de Tobar
Iniciamos el descenso, buscando la carretera. De la primera curva cerrada hacia la derecha surge una senda que es la que seguiremos hasta el punto de origen, procurando llevar siempre una línea recta, a pesar de lo sinuoso del camino. Este tramo es realmente bonito, y es posible descubrir, entre otras especies, hayas y alerces. A medida que bajamos podemos disfrutar también de la vista del pico donde se sitúa en lo alto la Casita del Telégrafo. 
 
 
 
Llegaremos hasta un roquedal: el Mirador de los Alerces. Algo más adelante nos cruzaremos con una pista forestal. La cruzamos y seguimos descendiendo recto. Unos kilómetros más abajo encontraremos una segunda pista que también hay que cruzar y pasar por una puerta que queda en frente y hacia la derecha. Atravesando el bosque, alcanzaremos una carretera. La tomamos hacia la izquierda y en seguida llegaremos al parking del inicio.