El nombre genérico de esta planta Asphodelus proviene de las palabras latinas aspho y delus, que significan o pueden traducirse como “hablador divino”, mientras que albus significa en latín blanco, en alusión al blanco puro de sus flores.
El asfódelo o gamón es una planta perenne con raíces carnosas (tubérculo), perteneciente a la familia de las liliáceas y que puede alcanzar un metro de altura. Sus hojas son basales, semicilíndricas y las flores campanuladas, de color marcadamente blanco, con una línea rojiza en los pétalos y sépalos. El fruto tiene forma de cápsula de forma ovoide, localizadas al final de unos cortos pedúnculos, y son de color amarillo-verdoso que se abren en tres partes al madurar, para dejar libres a las semillas que se encierran en su interior.
El gamón crece de forma silvestre en praderas y llanuras soleadas de España, el sur de Francia y la costa mediterránea hasta los Balcanes, entre el nivel del mar y los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Prefiere suelos calizos con arena, siendo marcadamente fitófila.
El asfódelo o gamón es una planta que no suele ser dañada por el fuego, incluso puede brotar en terrenos quemados. Tampoco es comida por el ganado, de modo que los animales de pasto suelen dejarla intacta en los prados. Todo ello hace que se la asocie con la muerte y con la vida más allá de la muerte, siendo frecuente su presencia en ritos fúnebres. En la antigua Grecia, los asfódelos se colocaban en la tumba de los muertos y se empleaban en las ceremonias fúnebres, en la creencia de que facilitaban el tránsito de los difuntos a los Campos Elíseos, que se creía tapizado de estos. También era costumbre comerlos días antes cuando iban a entrar en batalla.
Dentro del amplio género de los gamones se contabilizan varias especies, todas ellas con floración fundamentalmente primaveral y más raramente estival, siendo en todos los casos sus flores muy vistosas y atractivas, aunque despiden un olor que no es muy agradable.
El asfódelo o gamón es una planta perenne con raíces carnosas (tubérculo), perteneciente a la familia de las liliáceas y que puede alcanzar un metro de altura. Sus hojas son basales, semicilíndricas y las flores campanuladas, de color marcadamente blanco, con una línea rojiza en los pétalos y sépalos. El fruto tiene forma de cápsula de forma ovoide, localizadas al final de unos cortos pedúnculos, y son de color amarillo-verdoso que se abren en tres partes al madurar, para dejar libres a las semillas que se encierran en su interior.
El gamón crece de forma silvestre en praderas y llanuras soleadas de España, el sur de Francia y la costa mediterránea hasta los Balcanes, entre el nivel del mar y los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Prefiere suelos calizos con arena, siendo marcadamente fitófila.
El asfódelo o gamón es una planta que no suele ser dañada por el fuego, incluso puede brotar en terrenos quemados. Tampoco es comida por el ganado, de modo que los animales de pasto suelen dejarla intacta en los prados. Todo ello hace que se la asocie con la muerte y con la vida más allá de la muerte, siendo frecuente su presencia en ritos fúnebres. En la antigua Grecia, los asfódelos se colocaban en la tumba de los muertos y se empleaban en las ceremonias fúnebres, en la creencia de que facilitaban el tránsito de los difuntos a los Campos Elíseos, que se creía tapizado de estos. También era costumbre comerlos días antes cuando iban a entrar en batalla.
Dentro del amplio género de los gamones se contabilizan varias especies, todas ellas con floración fundamentalmente primaveral y más raramente estival, siendo en todos los casos sus flores muy vistosas y atractivas, aunque despiden un olor que no es muy agradable.