FICHA TÉCNICA
TIPO: Circular
NIVEL: Alto
DESNIVEL POSITIVO ACUMULADO: 754 m
TIPO: Circular
NIVEL: Alto
DESNIVEL POSITIVO ACUMULADO: 754 m
INICIO: Parking junto al muro del embalse de La Jarosa
FINAL: Parking junto al muro del embalse de La Jarosa
TIEMPO: 8 h
DISTANCIA: 19,87 km
FINAL: Parking junto al muro del embalse de La Jarosa
TIEMPO: 8 h
DISTANCIA: 19,87 km
La ruta se inicia en el parking que está junto al muro del embalse de La Jarosa, en el valle de La Jarosa, dentro del término municipal de Guadarrama (Madrid). La Jarosa es el embalse más pequeño de la sierra de Madrid, con una capacidad de 7,2 hm³ y una superficie de 55 hectáreas, y está incluida en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama.
A veces, cuando se llena ese parking, la policía local corta el acceso. En ese caso habría que dejar el coche en la zona de las urbanizaciones de La Jarosa y llegar hasta el embalse andando, subiendo una cuesta bastante larga por la carretera de La Jarosa.
Continuamos andando por la carretera que transcurre paralela, por la derecha, al muro del embalse. Al llegar al otro extremo, el camino se bifurca. Hemos de tomar recto y empezar a ascender por una pista de asfalto que se abre entre el bosque. Nuestra ruta transita durante buena parte del itinerario por esta carretera, por la que aparte de senderistas circulan también ciclistas, por lo que habrá que tener cuidado con ellos, especialmente en las pendientes.
Continuamos andando por la carretera que transcurre paralela, por la derecha, al muro del embalse. Al llegar al otro extremo, el camino se bifurca. Hemos de tomar recto y empezar a ascender por una pista de asfalto que se abre entre el bosque. Nuestra ruta transita durante buena parte del itinerario por esta carretera, por la que aparte de senderistas circulan también ciclistas, por lo que habrá que tener cuidado con ellos, especialmente en las pendientes.
Al llegar al primer cruce debemos seguir en diagonal, hacia la derecha, por un camino de tierra. Se trata de la denominada «vereda del agua», llamada así porque era el punto de captación de agua de arroyos y manantiales de la zona destinados al municipio cercano de Guadarrama (de hecho, todavía es posible ver cañerías de cerámica). Esta senda está señalizada con las habituales rayas horizontales, blanca y verde. En seguida ese camino se bifurca en dos: hay que ir por la izquierda. Seguimos ascendiendo suavemente entre encinas, enebros, aromáticas jaras y pinos. Desde aquí se puede ver la cruz del Valle de los Caídos.
Antes de encontrarnos con un cruce que comunica de nuevo con la carretera que habíamos abandonado, veremos un sendero que sale a la izquierda y se aproxima hasta el arroyo de Matalachina, donde hay una pequeña cascada, La Chorrera.
En el cruce de la pradera del Horcajo, tomamos la carretera hacia la izquierda. Aquí se inicia una serie de cuestas bastante pronunciadas. No hay que abandonar la carretera en ninguno de los cruces. Salvadas esas cuestas, la ruta continúa llaneando en el marco de un paisaje espectacular de pinos y jaras; en las zonas cercanas a los arroyos podemos ver ejemplares de acebos.
En algunos tramos del trayecto si miramos hacia la izquierda podremos ver, más allá del embalse de La Jarosa, al fondo, la Sierra de Guadarrama.
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| © Javier Serrano |
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| © Javier Serrano |
Después de varios kilómetros llegaremos a una pradera donde hay un cruce. Si giráramos hacia la izquierda, siguiendo la señal, enlazaríamos con la ruta del «bosque plateado», denominado así por la gran presencia de pinos laricios (pinus negra) que hay en la zona, con su característico color grisáceo blanquecino en el tronco que le da el tono plateado al recibir la luz del sol. El pino laricio es muy escaso en la Sierra de Guadarrama, algunos de los que hay aquí tienen más de 500 años de antigüedad y varios ejemplares han sido incluidos en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid. Si avanzamos un poco en esa dirección, llegaremos hasta un mirador con vistas hacia el embalse de La Jarosa. En ese mirador se ubica el Pino de la Fuerza de la Vida, un pino laricio que surge entre las grietas en las rocas.
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| Tronco de pino laricio © Javier Serrano |
En este punto debemos torcer a la derecha y empezar a ascender por un camino bastante pedregoso hasta alcanzar la cuerda de la montaña.
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| © Javier Serrano |
En seguida, en el lado abulense veremos el GR-10. Giramos a la izquierda y avanzaremos en paralelo a la valla metálica que quedará a nuestra izquierda. Las condiciones climáticas son más duras en esta zona, por el frío, el viento y la presencia de nevadas. Es por ello que escasea la vegetación, hay pocos pinos y muchos de ellos están deformados o muertos, adoptando curiosas y bellas formas.
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| © Javier Serrano |
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| © Javier Serrano |
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| © Mónica F. Ferreras |
Un poco más adelante, en una curva a la izquierda, nos toparemos con un berrocal a la derecha del GR-10, a unas decenas de metros, que constituye un mirador natural con vistas espectaculares hacia el valle Enmedio.
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| © Mónica F. Ferreras |
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| Valle Enmedio (Ávila) © Javier Serrano |
El camino prosigue en paralelo a un muro de piedra que sustituye ahora a la verja metálica, haciendo de límite. Unos kilómetros después llegaremos a la zona del Mirador de Cuelgamuros. Para acceder a él, tenemos que encontrar un hueco en el muro de piedra y después caminar por una pradera, siguiendo un sendero no muy claro, buscando las rocas del mirador. Si se quiere, se puede trepar a lo alto de esas rocas, pero no es necesario: si seguimos el sendero, se puede rodear el roquedal por el lado izquierdo hasta llegar al otro lado, donde hay una pradera entre canchos que ofrece una vista inmejorable sobre el complejo del Valle de los Caídos (*).
Toca deshacer lo andado. En el camino de vuelta, llegaremos a un punto en el que hay que atravesar la valla metálica y pasar al lado madrileño. Esta parte está muy mal marcada. Debemos avanzar por un sendero algo difuso hasta encontrar un cortafuegos, este sí claramente marcado. Descenderemos por él en dirección hacia el embalse de La Jarosa. Este cortafuegos, que se cruza con la carretera en dos ocasiones, es el camino más corto, pero no el más cómodo para nuestras piernas, por lo que si no se quiere seguir bajando por él se puede optar por tomar la carretera en el segundo cruce, ya sea por la derecha o por la izquierda pues ambas direcciones van a parar al mismo punto que el final del cortafuegos: el merendero de La Jarosa, junto al embalse del mismo nombre. Una vez aquí hay que ir hacia la orilla y al llegar a una valla metálica que delimita el embalse, girar hacia la izquierda y seguir la sinuosa carretera que va bordeándolo, hasta alcanzar de nuevo el muro de la presa. Lo cruzaremos otra vez, en sentido contrario, para llegar hasta el parking del inicio.
(*) El monumento denominado Valle de los Caídos está situado en el valle de Cuelgamuros, en el municipio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Está formado por una basílica católica, una abadía y un cuartel. Tiene una superficie de 30.000 metros cuadrados y cuenta también con una hospedería, una escolanía y una biblioteca especializada en materia religiosa.
El dictador Franco lo mandó construir en 1940 con la intención de enterrar en él a todos los caídos durante lo que él denominaba «Gloriosa Cruzada», incluido él mismo y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, si bien más adelante se trasladaron allí también los cuerpos de miles de republicanos, sin permiso de sus familias. Actualmente yacen en el mausoleo 33.833 personas de ambos bandos de la Guerra Civil. Fue construido principalmente con mano de obra de presos políticos republicanos y también de algunos trabajadores contratados entre 1940 y 1958. En su diseño participaron los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez. La simbología fascista está muy presente en el monumento. En 2019 el cuerpo del dictador Franco fue exhumado del mausoleo y trasladado a un cementerio. La ONU recomendó convertir el monumento en un lugar de memoria.
El dictador Franco lo mandó construir en 1940 con la intención de enterrar en él a todos los caídos durante lo que él denominaba «Gloriosa Cruzada», incluido él mismo y José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, si bien más adelante se trasladaron allí también los cuerpos de miles de republicanos, sin permiso de sus familias. Actualmente yacen en el mausoleo 33.833 personas de ambos bandos de la Guerra Civil. Fue construido principalmente con mano de obra de presos políticos republicanos y también de algunos trabajadores contratados entre 1940 y 1958. En su diseño participaron los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez. La simbología fascista está muy presente en el monumento. En 2019 el cuerpo del dictador Franco fue exhumado del mausoleo y trasladado a un cementerio. La ONU recomendó convertir el monumento en un lugar de memoria.

















